El operador amarillo reclama para sí mismo “un tratamiento especial” por parte de los reguladores de las telecomunicaciones en España, basándose en su condición de “cuarto operador” y de “dinamizador del mercado”. Mientras el triunvirato de grandes operadores protesta ante las exigencias de MásMóvil, la subasta pública de las frecuencias del “segundo dividendo digital” podría determinar el futuro del sector.

Por pedir, que no quede. Algo así debió pensar el presidente de MásMóvil, Meinrad Spenger que asistió recientemente al 30º Encuentro de Telecomunicaciones en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, donde solicitó que su compañía recibiera una serie de ventajas con respecto a sus competidores, los tres grandes dominadores del mercado: Movistar, Orange y Vodafone. Las aspiraciones de MásMóvil se centran en dos demandas: pagar menos por utilizar la red de banda ancha fija de Movistar y, especialmente, obtener un “acceso preferencial” en la subasta de frecuencias del espectro de 700 MHz, que se realizará entre 2018 y 2019.

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Las exigencias de MásMóvil permitirían al operador amarillo ser más competitivo y consolidar su posición de cuarto operador. Pagando menos por conectarse a la red de cobre y fibra de Movistar, la compañía podría rebajar los precios y maximizar los beneficios en su aún incipiente (apenas cuenta con 70.000 clientes de Internet en casa) pero muy atractiva oferta de tarifas de ADSL, fibra óptica y ofertas de fijo y móvil, siendo en ambos casos las más económicas del mercado.

La subasta de frecuencias del “segundo dividendo digital” será especialmente importante dado que es la que tiene mejor cobertura en el interior de edificios y es la frecuencia en la que se desarrollará el 5G, además de porque en la actualidad MásMóvil paga unos 120 millones de euros a Movistar por las deficiencias de la red de Yoigo, algo difícil de mantener.

Sin embargo, estas peticiones suenan improbables y tal vez poco realistas. Aunque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) parece dispuesta a regular a favor de MásMóvil, hay otras circunstancias que dificultarian un hipotético trato de favor. La primera de ellas es la económica: el Ministerio de Industria espera obtener el máximo dinero posible en la subasta del espectro. Si fija un precio más bajo para MásMóvil (que no puede pagar tanto como las tres grandes) se arriesga a que los grandes operadores también paguen menos por sus bloques de frecuencias. Y cuando las cantidades alcanzarán previsiblemente, como ya ocurrió en la subasta de 2011, más de 200 millones de euros por bloque, el factor económico termina siendo decisivo. La otra razón es el uso que se le dará a estas frecuencias: lógicamente, Movistar las aprovechará mejor dado que tiene 17,1 millones de clientes de móvil, frente a los 4,2 millones de MásMóvil (más de 3 millones de ellos de Yoigo).

¿Crees que las demandas de MásMóvil serán escuchadas o se trata solamente de una protesta inútil? Cuéntanos tu opinión en la sección de comentarios.