Tan sólo uno de cada 10 hogares españoles se cambió de operador de telefonía en el último año, y uno de cada dos nunca se ha cambiado. Un porcentaje muy bajo dadas las facilidades que se han implementado para realizar portabilidades entre compañías. ¿Por qué?,¿cómo cambiar de operador?

La Comisión Nacional para el Mercado y la Competencia (CNMC) ha hecho públicos sus datos sobre el sector de la telefonía para el año 2015, en los que revela la cantidad de portabilidades que se han producido en el último año. Solamente algo más de un 10% de hogares cambiaron de operador de fijo y banda ancha. Este porcentaje es más elevado en el móvil donde se realizaron un 13,5% de cambios de compañía. 

De hecho, el informe revela un dato asombroso: uno de cada dos hogares siempre ha tenido la misma compañía de fijo y nunca la ha cambiado. Las explicaciones de este inmovilismo son complejas. La permanencia es uno de los factores que retiene a los usuarios. Según la CNMC, un 46% de los hogares tienen un compromiso de permanencia con su proveedor de fijo o Internet en casa, y de hecho un 14% no se cambian de operador por este motivo. No obstante, la razón principal es que casi uno de cada cinco consumidores piensa que es difícil cambiarse de compañía de fijo y banda ancha, mientras que un 9% deciden mantener su operador por una mejora de las condiciones del servicio.

¿Cómo cambiar de operador?

Cambiarse de compañía de fijo y de banda ancha es hoy mucho más fácil y rápido de lo que era hace unos años. Para quien sólo tiene teléfono fijo y quiere cambiar de operador, el procedimiento tarda sólo un día laborable, y de un máximo de 6 días para quienes tienen fijo y banda ancha. Los plazos se redujeron significativamente desde noviembre de 2013, cuando entró en vigor la nueva ley de portabilidades. Estos plazos se deben a que durante el cambio es necesario que las compañías se coordinen y realicen trabajos en la central telefónica.

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Si el cliente ha gestionado una portabilidad pero desea cancelarla, dispone de unos días para hacerlo. Se trata de un plazo que varía en función de la compañía y para el que hay que contactar al nuevo operador. Por ejemplo, Movistar ofrece 14 días de margen. Una vez el servicio empieza a funcionar, casi todas las tarifas de fijo y banda ancha incluyen un compromiso de permanencia que suele rondar los 12 meses.

En cuanto al precio, las portabilidades no tienen ningún coste. La instalación es enteramente asumida por las compañías, tanto en el teléfono fijo como si se trata de ADSL e incluso de fibra óptica (ya sea directa, FTTH, o indirecta, HFC). El único gasto que puede derivarse de una portabilidad es la penalización en caso de que el cliente tenga compromiso de permanencia. La cantidad varía en función del operador, y suele rondar los 100 euros. El único operador que costea las penalizaciones de sus nuevos clientes es Jazztel.

Lo cierto es que hoy en día existe un amplio abanico de tarifas de teléfono fijo y de banda ancha, con servicios y precios muy distintos. Es aconsejable que los clientes dediquen algo de tiempo a comparar su tarifa con las que hay disponibles en el mercado, porque puede mejorar sus condiciones y ahorrar hasta 200 euros al año.

¿Crees que cambiar de operador es fácil o difícil? Danos tu opinión escribiendo un comentario.